Jorge Ortega llegó a Estados Unidos desde Colombia cuando tenía cinco años. Hoy, tras más de medio siglo viviendo en Chicago, dice que nunca había sentido tanta tensión en su ciudad como la que se vive actualmente por las redadas migratorias impulsadas por el gobierno de Donald Trump.
“Sentimos que Chicago está bajo amenaza. Es como estar en guerra con nuestro propio país”, expresa Ortega, visiblemente afectado por lo que ocurre en los barrios latinos.
Desde el 8 de septiembre, agentes federales han detenido a más de 800 personas en operativos callejeros. La llamada “Operación Midway Blitz” ha transformado la vida cotidiana: negocios cerrados, parques vacíos, eventos cancelados y una presencia constante de ICE en zonas latinas.
Un festival que desafió el miedo
A pesar del clima de incertidumbre, Ortega decidió seguir adelante con el Gran Festival Colombiano, que organiza desde hace más de una década. La edición 2025 se celebró del 18 al 20 de julio, aunque con menor asistencia y la ausencia de muchos vendedores que temían ser detenidos.
“Estaba nervioso. Pensaba: ‘¿Y si nadie viene?’ Pero no podía cancelar. Había que proteger a la comunidad y seguir adelante”, cuenta.
Con medidas de seguridad reforzadas y planes de emergencia improvisados, el festival logró reunir a más de 6,500 personas. Aunque la afluencia fue menor, los asistentes agotaron los productos de los restaurantes y puestos que sí se presentaron.
Más que un evento, una declaración
Para Ortega, el festival fue más que una celebración cultural: fue una forma de resistir. “Celebramos nuestra independencia, presentamos nuestra cultura. Y al final, ganamos. Vencimos el miedo”, afirma. “Porque si uno vive con miedo, ¿entonces qué vamos a hacer? ¿Encerrarnos sin hacer nada? Eso no es vida”.
A pesar de la incertidumbre, ya planea la edición del próximo año. Su mensaje es claro: la cultura no se detiene, incluso cuando el entorno se vuelve hostil.



