Durante el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca en Tamaulipas, el manejo del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) fue objeto de múltiples observaciones por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). A lo largo de los seis años de su administración, se detectaron irregularidades que van desde pagos sin sustento hasta omisiones en la transparencia del gasto público.
En 2017, la ASF exigió la recuperación de más de 380 millones de pesos, tras identificar pagos a personal médico que no se encontraba en su área de trabajo. Además, se reportó la falta de documentación que justificara el uso de los recursos.
Para 2018, se señalaron 71 millones de pesos no ejercidos al cierre del ejercicio fiscal, junto con incumplimientos en la normativa del fondo y discrepancias en los reportes enviados a la Secretaría de Hacienda.
En 2019, se detectaron pagos a trabajadores sin títulos ni cédulas profesionales, así como cursos no acreditados. También hubo incongruencias en los saldos bancarios y en los comprobantes fiscales digitales.
El año 2020 presentó pagos por 12.6 millones de pesos a servidores públicos sin acreditar preparación académica. En 2021, se observaron anomalías por 50.6 millones de pesos, incluyendo pagos improcedentes y falta de documentación justificativa.
Finalmente, en 2022, último año del sexenio, se registraron observaciones por 2.3 millones de pesos relacionados con licencias con goce de sueldo sin justificación válida.
Estas irregularidades, acumuladas durante todo el periodo, representan un probable daño a la Hacienda Pública Federal y evidencian deficiencias sistemáticas en la gestión de los recursos destinados a la salud en Tamaulipas.



