23.5 C
Ciudad Victoria
jueves, septiembre 11, 2025
Inicio Tamaulipas La travesía de un niño migrante no acompañado

La travesía de un niño migrante no acompañado

Por Jorge Gonzalez

Ciudad de México.- Brandon tan solo tiene ocho años, y a su corta edad, desde El Salvador inició la travesía de viajar hacía Estados Unidos sin un adulto o familiar que lo acompañara.

“De grande quiero estudiar en una escuela y aprender inglés. Cuando esté grande me gustaría trabajar, tener una casa y familia”. Platica Brandon entusiasmado, un niño de ocho años que dejó a sus abuelos en El Salvador para tratar de reunirse con su madre en Estados Unidos.

Viajaba con un “coyote”, pero durante el trayecto el Instituto Nacional de Migración (INM) lo aseguró y fue canalizado a la Casa de Acogida y Formación para Mujeres y Familias Migrantes (CAFEMIN), en el estatus de niño no acompañado.

“Hace mucho tiempo que no veo a mi mamá y me llamó por teléfono y me dijo que me tenía que venir para los Estados Unidos. Me vine solo, primero conocí a un señor que después me trajo para México. En el camino conocimos a una señora que tenía un niño y yo me vine con ella, pero luego nos separamos y me agarró migración”.

Brandon tiene contacto con su mamá vía WhatsApp, a través de audios de voz platica con ella: “me dijo ¿cómo estás?; y yo le dije, bien mamá. Me dice ahí te voy a mandar un par de zapatos. Me mandó ropa y zapatos”.

De devoción cristiana, a Brandon una de las cosas que más le gusta es escuchar la palabra de Dios, pero como a todo niño, también le encanta jugar, leer cuentos e ir a la playa.

Al principio parece un niño de pocas palabras pero cuando agarra confianza empieza a desenvolverse un poco más, aunque siempre manteniendo una sonrisa tímida. Tranquilo, prefiere no pelear y ceder con los juguetes o el canal de televisión para no tener conflicto con sus compañeros.

Lo que más extraña de El Salvador es estar con sus abuelos. Dice que no ha tenido comunicación directa con ellos, pero cuando habla con su mamá, le platica que sus abuelos preguntan por él para saber cómo está, y ella les dice que él está bien.

Para Brandon el lugar donde vivía era “chido”, divertido y jugaba al escondelero con Jonathan y Alfredo, sus amigos. “Ahí había carros, juguetes, helicópteros, pero de juguete, no helicópteros de verdad, motos, bicicletas para niños y adolescentes, es bonito”.

Sin embargo, imagina que Estados Unidos es más “chido”. “Supuestamente es muy bonito. Y si usted se va para allá y es mamá, le deja el hijo a los abuelos y después se lo llevan para que esté con la mamá y sus hermanitos”.

LO MÁS VISTO