Al finalizar un mitin frente al Campo Militar 1-A, jóvenes encapuchados lanzaron petardos al interior de las instalaciones y estrellaron un camión contra la puerta principal, provocando daños visibles.
En cuestión de minutos, la fachada verde olivo quedó afectada por las detonaciones, con rejas dobladas, marquesina destruida y el vehículo envuelto en llamas.
Durante la protesta, madres y padres de los 43 normalistas exigieron al Ejército entregar los 800 folios que consideran clave para conocer el paradero de sus hijos.
Desde el equipo legal, Isidoro Vicario cuestionó el privilegio de la Sedena en este caso y acusó a la institución de ocultar información relevante.
A un día de cumplirse 11 años de la desaparición, Emiliano Navarrete denunció que el Ejército habría infiltrado la Normal de Ayotzinapa antes de los hechos del 26 de septiembre de 2014.
Además de los daños materiales, se realizaron pintas con consignas como “Ayotzinapa Vive +43” y se colocaron calcas con siluetas de exfuncionarios sobre las letras del nombre “Ejército”.
Elementos de seguridad acordonaron la zona y comenzaron labores para apagar el fuego. No se reportaron personas lesionadas.
Al sitio también acudieron dos camiones de bomberos para controlar el incendio.



