En el corazón de Tampico, el cementerio municipal se alza como un testimonio silencioso de la diversidad cultural que ha marcado a esta ciudad portuaria. Fundado en 1908, este camposanto alberga tumbas de inmigrantes italianos, chinos, árabes, franceses, ingleses y muchos más, cuyas historias se entrelazan con esculturas de mármol de Carrara y estilos arquitectónicos como el art decó y el art nouveau.
A pesar de haber sido considerado uno de los cinco cementerios más destacados de México por su riqueza artística, hoy enfrenta el abandono y el deterioro. Las esculturas de ángeles, vírgenes y mausoleos, algunos creados por los hermanos Biagi, se ven afectadas por la humedad, el moho y el óxido, mientras árboles centenarios amenazan con colapsar sobre las tumbas.
Expertos como Antonio Corona Aceves han llamado a preservar este patrimonio funerario, proponiendo incluso trasladar piezas emblemáticas como la réplica de La Piedad al Museo de la Ciudad. La falta de espacios disponibles para nuevas inhumaciones y el abandono de miles de fosas reflejan una crisis silenciosa que urge atención.
Este cementerio no solo guarda restos; guarda memoria, arte y una oportunidad para convertirlo en un museo al aire libre que celebre la historia multicultural de Tampico.



